The Contest
by H.D.
I.
Your stature is modelled
with straight tool-edge:
you are chiselled like rocks
that are eaten by the sea.
With the turn and grasp of your wrist
and the chords' stretch,
there is a glint like worn brass.
The ridge of your breast is taut,
and under each shadow is sharp,
and between the clenched muscles
of your slender hips.
From the circle of your cropped hair
there is light,
and about your male torso
and the foot-arch and the straight ankle.
II.
You stand rigid and mighty –
granite and the ore in rocks;
a great band clasps your forehead
and its heavy twists of gold.
You are white - a limb of cypress
bent under a weight of snow.
You are splendid,
your arms are fire;
you have entered the hill-straits –
a sea treads upon the hill-slopes.
III.
Myrtle is about your head,
you have bent and caught the spray:
each leaf is sharp
against the lift and furrow
of your bound hair.
The narcissus has copied the arch
of your slight breast:
your feet are citron-flowers,
your knees, cut from white-ash,
your thighs are rock-cistus.
Your chin lifts straight
from the hollow of your curved throat
your shoulders are level –
they have melted rare silver
for their breadth.
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La contienda
por H.D.
I
Tu estatura se moldeó
con herramienta cortante;
te cincelaron como a rocas
devoradas por el mar.
Al girar y tomar tu muñeca
y estirarse la cuerda,
surge un chispazo como de bronce usado.
La cresta de tu pecho tensa,
la sombra es aguda bajo cada uno
y entre los músculos apretados
de tus delgadas caderas.
Desde el círculo donde nace tu cabello
emerge luz,
y sobre tu masculino torso
y el arco del pie y el tobillo recto.
II
Te yergues rígido y majestuoso,
el granito y el mineral en rocas;
una gran cinta contiene tu frente
y sus pesados jirones de oro.
Eres blanco, un tronco de ciprés
inclinado bajo una carga de nieve.
Eres espléndido,
tus brazos son fuego;
has penetrado a los estrechos de la colina,
un mar huella sus cuestas.
III
El mirto te circunda la cabeza,
te has inclinado a recibir el rocío:
cada hoja es filosa
entre la onda y el surco
de tu cabello atado.
El narciso ha copiado el arco
de tu delicado pecho:
tus pies son flores de acitrón,
tus rodillas, hechas de blanca ceniza,
tus muslos son cistos de roca.
Tu mentón se alza recto
desde el hueco de tu curvado cuello,
tus hombros son rectitud,
se ha derretido extraña plata
para forjar su aliento.
[Versión de Pura López Colomé]