Provisionalmente no cantaremos al amor,
que se refugió más abajo de los subterráneos.
Cantaremos al miedo, que esteriliza los abrazos,
no cantaremos al odio porque este no existe,
existe apenas el miedo, nuestro padre y nuestro compañero,
el miedo grande de los sertones, de los mares, de los desiertos,
el miedo de los soldados,
el miedo de las madres,
el miedo de las iglesias,
cantaremos al miedo de los dictadores,
al miedo de los demócratas,
cantaremos al miedo a la muerte
y el miedo después de la muerte,
después moriremos de miedo
y sobre nuestras tumbas nacerán
flores amarillas y medrosas.
Carlos Drummond de Andrade
...Para una antiépica moderna.
ResponderEliminarSaluditos Marquiro :)
Kika,
ResponderEliminarUna épica o una estética completa. Te mando besotes a la frontera.